En la Liturgia de las Horas de estas tres semanas de Cuaresma hemos leído la misma lectura breve; es decir, Dios nos va repitiendo o nos está machacando la misma cosa una y otra vez. Nosotros, por nuestra parte, también estamos respondiendo con el mismo responsorio. Pero ¿Qué sentido tiene esto? No tenemos que cansarnos de levantarnos de nuestros pecados Es la realidad de continuas intervenciones de Dios en favor de los hombres; de nuestra propia historia, nuestra vida personal. Es la constante llamada de Dios a la fidelidad de la Ley, a ser su pueblo, a ser sus hijos. Pero la diferencia está en que Dios nunca se cansa […]