África es la nueva patria de Cristo

El 8 de febrero la Iglesia celebró a Santa Josefina Bakhita, religiosa de Sudán, nombrada hermana universal por San Juan Pablo II en 1992. Nació en 1869 en Darfur, Sudán. A los 9 años fue secuestrada y vendida en un mercado de esclavos. Con tan sólo 13 años la tatuaron y le realizaron incisiones. En numerosas ocasiones intentó escapar, pasó por varios dueños y finalmente tuvo la fortuna que el último fuera el diplomático Callisto Legnani quien la compró con la finalidad de devolverle su libertad y se la llevó a Italia.

En Génova conoce el cristianismo e ingresa en la congregación de las Hijas de la Caridad de Santa Magdalena de Canossa; ella recomienda a los que tienen la gracia de de conocer a Cristo “¡Sed buenos, amad al Señor, rezad por los que no le conocen. Considerad la gran gracia de conocer a Dios!”. Se sabe una mujer dichosa por haberse encontrado con Cristo y saberse amada por Jesús hasta el extremo en la Cruz, lo que le lleva a perdonar a todos los que la maltrataron. 

Mujer modesta, que se sabe amada por Dios, humilde y con una fe inquebrantable a pesar de las grandes dificultades que atravesó en su vida, falleció el 8 de febrero de 1947 en Italia donde se dice que sus últimas palabras fueron a la Virgen: “¡Señora, Señora!”. Fue canonizada el 1 de Octubre del año 2000 por San Juan Pablo II y declarada protectora de las víctimas de trata de personas.

Por éste motivo, la comunidad africana en Bidasoa provenientes de países como Tanzania, Uganda, Malawi y Sudáfrica, realizó una semana de celebración en honor de la santa. El día de su memoria tuvo lugar una misa solemne presidida por el Rector y concelebrada por sacerdotes africanos antiguos seminaristas de Bidasoa. Los seminaristas compartieron la vivencia de su piedad con cantos tradicionales en sus lenguas de origen. Realizaron un bello mural con una frase de San Pablo VI donde declaraba que: “África es la nueva patria de Cristo”, expresada en la canonización de los mártires de Uganda. 

No faltaron los rítmicos y alegres bailes africanos, propios de sus festividades, así como cantos vocacionales y otras actividades realizadas por ellos. Todo organizado para compartir con toda la comunidad en ocasión de la celebración de tan gran santa.

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