LUIS ALFONSO IRENE.- Además de ser el mes de la Virgen María, mayo es significativo para nosotros en Bidasoa por un motivo importante: los exámenes finales.
A lo largo del semestre nos vamos preparando con el estudio de las diferentes asignaturas, ya sea con las clases en la universidad, ya sea haciendo tareas o, sencillamente, avanzando en la lectura de los libros correspondientes. Pero siempre llega el momento de tener que poner a prueba el conocimiento adquirido, y esto sucedió para nosotros en el período de exámenes finales, que comenzó el 3 de mayo y concluyó el 20.
Alumnos de 5º de Teología tras presentar el examen de bachiller
El ambiente en el seminario es especial durante este tiempo, pues dejamos de recibir clases para dedicarnos de lleno a la preparación de los exámenes. El horario de la casa sigue prácticamente igual que durante el curso en lo que se refiere a las actividades espirituales; sin embargo, dejamos de tener los ensayos de coro y las charlas de formación para disponer de más tiempo para estudiar.
Conforme avanzan los días, el cansancio se acumula y hay momentos de estrés. Los seminaristas de 5º de Teología, además, lo viven incluso más intensamente. Para ellos no todo termina con el último de los finales. En los últimos días de mayo —esta vez, el 27— presentan el examen de bachiller, en el que se les evalúa por los contenidos aprendidos a lo largo de los cinco años. Entre cincuenta preguntas, se les asigna dos por sorteo, de las cuales eligen una para exponer frente a un tribunal. Tras su exposición, los profesores pueden hacer preguntas y comentarios y, finalmente, indican al alumno si han aprobado.
Sea cual sea el caso, lo cierto es que es gratificante saber que hemos aprendido cosas que, ante todo, nos ayudan para nuestra propia vida como discípulos del Señor y que, más tarde, también nos servirán en el ministerio sacerdotal.
El autor
Luis Alfonso Irene Briones es seminarista de la Arquidiócesis de Monterrey (México). Entre sus aficiones se encuentran el arte, el dibujo y estudiar idiomas. Dos de sus santos favoritos son San Bernardo de Claraval y Santa Catalina de Siena. Acaba de finalizar 4º de Teología.