El pasado 27 de febrero presidió las vísperas del jueves sacerdotal D. Miguel Garisoain, párroco de la Parroquia de Santa María de la Esperanza de Doniantzu. Durante su predicación en la adoración eucarística, D. Miguel destacó la importancia de la unidad como un don de Dios y enfatizó la necesidad de la oración, diciendo: «Sean audaces en su oración, busquen siempre una gratitud más allá de lo estipulado», subrayando que nada se improvisa y que este tiempo de formación es un regalo para cultivar nuestra relación con Él, dándonos vida, vigor y fortaleza.

Posteriormente, en un rato de tertulia, D. Miguel compartió aspectos de su vida y ministerio. Resaltó la importancia de su familia para su vocación, mencionando que tiene un hermano sacerdote y dos hermanas religiosas, quienes han sido una gran influencia para él.
Nos habló de sus cinco años como formador en el seminario de Pamplona y de su experiencia en la pastoral familiar, destacando el Proyecto de Amor Conyugal, iniciado en 2018 y que ha sido un soplo del Espíritu Santo para muchos matrimonios en España y otros países. También mencionó el Itinerario de amor que no termina, un proyecto para acompañar a separados y divorciados no convivientes ni vueltos a casar y que quieren vivir su fe, una realidad muy presente en nuestros tiempos.

Finalmente, D. Miguel destacó la importancia de mantener el cariño y la confianza en la comunidad parroquial, cuidando especialmente a los enfermos. La visita de D. Miguel Garisoain fue un momento que nos dejó valiosas enseñanzas y un renovado espíritu de unidad y compromiso con nuestra formación y misión.