Con estas palabras inició su homilía el Obispo de la Diócesis de San Roque de Presidencia Roque Saénz Peña (Argentina), durante la Eucaristía que celebró en Bidasoa. Durante los días que estuvo aquí tuvo a bien compartir con nosotros anécdotas, consejos y reflexiones sobre el llamado que hemos recibido para ser sacerdotes.
Nos insistió en que debemos valorar la formación que estamos recibiendo, ya que “el Señor los llama a una vocación especial”. Asimismo, nos advirtió que muchas veces corremos el riesgo de entender desde un punto de vista muy humano la mirada especial que Dios nos dirige, y olvidar que todo es obra del Espíritu Santo, el principal formador de nuestra vocación.
Monseñor Hugo, antes de despedirse, nos invitó a tener siempre presente la vocación al servicio y el trabajo constante por las vocaciones sacerdotales desde cada una de nuestras diócesis.