El primer jueves sacerdotal de este nuevo curso fue presidido, por D. Santiago Sanz Sánchez, sacerdote de la Prelatura del Opus Dei, que actualmente presta su servicio como director del Colegio Sacerdotal Tiberino en Roma.
En la predicación que compartió para los seminaristas, centrándose en la lectura breve del oficio de las vísperas, subrayó que las palabras del apóstol Pablo, “predicamos a Cristo crucificado” es algo que vale para todos los cristianos, y que la Cruz no debe ser un motivo para esconderse sino para exaltarla.
Además, resaltó que aquello que es “escándalo para los judíos y necedad para los gentiles”, para nosotros es fuerza y sabiduría de Dios. En la Cruz -señaló- Dios nos da una gran lección, su amor infinito que es más potente que nuestros pecados. Por ello, sostuvo que podemos recurrir a la Virgen María para que nos ayude a mirar la Cruz sin miedo. Una vez terminado el rezo de las vísperas, se prosiguió con la veneración de la reliquia el Lignum Crucis (reliquia de la Cruz de Cristo).
En el momento de tertulia comentó la labor que realiza como director de un Colegio de sacerdotes y como profesor en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, donde destacó la alegría de poder palpar de cerca la fraternidad sacerdotal en medio de la riqueza de la catolicidad de la Iglesia. Por otro lado, en su servicio como profesor -dijo- «procuro ayudar a la gente a ser fiel a su vocación, porque estudiar significa formarse en convicciones profundas».