El pasado lunes D. Carlos García del Barrio, Vicario del Opus Dei para Navarra, País Vasco y La Rioja, ha presidido la misa del Espíritu Santo; con esta celebración eucarística se da por iniciado oficialmente el nuevo curso académico. La tradición de celebrar esta misa al comienzo del curso académico se remonta a la antiquísima costumbre de poner en las manos del Paráclito el año lectivo.
En su homilía recordaba que «Santo Tomás señaló el valor apostólico de quienes se dedican al estudio y a la enseñanza, pues desempeña un papel importante en el anuncio del Evangelio, porque esta formación que recibimos se convertirá después en el alimento que muchos personas comerán. Para esto es necesario ponernos de rodillas ante el altar de Dios». Y, citando a D. Fernando Ocáriz, Prelado del Opus Dei, mencionaba la necesidad de «no solo ofrecer el estudio sino fundir dos realidades: pensar orando, y orar pensando».
D. Carlos señaló que es necesario «pedir a Dios un alma contemplativa que nos permita fundir dentro de nuestro corazón la oración y la doctrina que aprendemos». Por eso es importante tener presente que los estudios «no nos separan de la gente, nos permiten llegar a más personas, y las preocupaciones de la gente deben entrar en nuestros estudios de reflexión. Jesús lo hizo. Estuvo cerca de las necesidades de las personas».
Para quienes nos formamos en la ciencia sagrada el Espíritu Santo desempeña un papel fundamental, por ello, en palabras de D. Carlos, «junto al estudio hay que pedir al Espíritu la disposición de dejarnos formar. Que nuestro deseo de formarnos sea el deseo de dejarnos ser edificados, para esto hay que pedir la virtud de la sinceridad que lleva a dejar actuar el Espíritu Santo en nuestra alma».
Por último, recordaba la importancia que tiene «mantener la unidad con el obispo a través de la oración. Solo fortaleciendo la unidad será eficaz nuestro deseo de dar a conocer a Cristo». La oración es el vínculo que nos mantendrá siempre cercanos a nuestras diócesis de origen.