Fin del curso 21-22 de la mano de María

Este sábado hemos celebrado el rezo del Santo Rosario con una procesión por el jardín de nuestro seminario. Esta es una manera de fomentar en nuestros seminaristas el amor por la piedad popular, que representa una piedra fundamental para la evangelización de los pueblos.

El rezo del Rosario es fundamental para la vida de un cristiano; en esta ocasión hemos querido ofrecerlo de esta manera especial para dar gracias a Dios, a través de la Virgen María, por el curso que esta semana hemos acabado.

Durante la procesión se han realizado cinco altares elaborados por los seminaristas, en ellos se han podido apreciar la presencia de imágenes de distintas advocaciones marianas como: Nuestra Señora de Aparecida, Nuestra Señora de Lourdes, Nuestra Señora de Fátima, Nuestra Señora de Coromoto y Nuestra Señora de Cuapa.

Hemos conversado con Franklin Cavalcante, seminarista de la Archidiócesis de Rio de Janeiro, y nos comenta que: «Al fin de la jornada alabamos a Dios por su infinito amor y consagramos todos los frutos de nuestros estudios, trabajos y oraciones a la siempre Virgen María, nuestra Madre, que siempre está a nuestro lado aliviando el cansancio del camino y ayudándonos a no desanimar».

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