Hay que descubrir lo sagrado de cada persona

El Dr. Wenceslao Vial Mena es profesor de psicología y vida espiritual en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, Roma. Médico y sacerdote, doctor en filosofía y autor de libros como «Madurez y psicología espiritual» y «El sacerdote, psicología de una vocación».

En la memoria de santa Isabel de Hungría, comentó una anécdota de la santa, quien al enviudar dejó todos los beneficios del palacio y se dedicó al servicio de los pobres. Según la anécdota, cuando Isabel intentaba salir del palacio, llevando consigo unos panes para los pobres, unos guardias la descubrieron, y al preguntarle por el contenido de la canasta que llevaba ella respondió que se trataban de rosas. Cuando los guardias revisaron constataron que en la canasta solo habían rosas. Para D. Wenceslao, la moraleja de esta historia es que «lo poco que podamos hacer por los demás Dios lo transforma en rosas».

Dirigiendo su atención hacia el sacerdote, considera que «la misión del sacerdote es mostrar el valor sagrado de cada persona, hacerles descubrir lo que cada uno vale con su poquedad. Porque todos somos hijos de Dios y estamos llamados a la salvación». Esta misión es de vital importancia, pues en una sociedad como la nuestra, anunciar a las personas su auténtico valor, que trasciende todo lo material, es una auténtica novedad.

Para D. Wenceslao, hay que tener presente que «nuestra fe es que un día nos reuniremos con toda la Iglesia para alabar por siempre a Dios y descubrir lo sagrado de cada persona, y de algún modo tomar a esas personas y llevárselas a Dios. A los pobres de espíritu debemos llevarles el pan de la Palabra de Dios. Algo poco, pero que Dios transforma en rosas espléndidas por el amor».

Al finalizar la jornada, compartió con nosotros un momento de tertulia. En ella contó de la experiencia que tuvo al participar en un encuentro sobre psicología organizado por la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Comparte esta nota: