Cuando don Juan Antonio Aznárez recibió hace unas semanas una llamada de la nunciatura, sospechó que su vida estaba a punto de cambiar. Pero lo que no imaginaba era la manera como Dios lo iba a sorprender: el Papa Francisco quería que fuera el nuevo arzobispo castrense de España.
Casi dos semanas después de que se hiciera público su nombramiento, hemos tenido la alegría en Bidasoa de poder compartir nuestro jueves sacerdotal con don Juan Antonio. El arzobispo castrense electo presidió las vísperas y, tras la cena, tuvimos un rato de tertulia con él.
En la predicación de las vísperas, don Juan Antonio —que hasta enero se desempeñará como obispo auxiliar de Pamplona— se centró en la importancia de nuestra relación con la Palabra de Dios: «La Palabra de Dios tiene una potencia creadora, y esto es fundamental para vuestra vida de futuros ministros de la Palabra». Además, don Juan Antonio nos alentó a mantener vivo el deseo de purificarnos, «porque solo los limpios de corazón verán a Dios».
El mismo Dios que crea por la Palabra, nos recrea por la Palabra
Don Juan Antonio Aznárez
En la tertulia, el nuevo arzobispo castrense nos contó detalles de cómo recibió la noticia y la sorpresa que supuso para él. Admitió que es un mundo nuevo, pero que se lanza confiado en Jesucristo, que siempre lo ha sostenido. Al final, nos prometió que seguiría rezando por nosotros y nosotros, a su vez, rezaremos por su nuevo servicio pastoral.
¡Gracias, don Juan Antonio, por sus años de obispo auxiliar de Pamplona!