No nos cansemos de hablar de Jesús

En el contexto de la celebración del DOMUND contamos con la presencia, un jueves sacerdotal, de D. Christopher Hartley Sartorius, sacerdote misionero que actualmente se encuentra trabajando en Sudán del Sur, en la Diócesis de Tombura-Yambio, donde sirve en una comunidad rural con pobreza extrema, y que, gracias a la ayuda de la Iglesia, está saliendo adelante.

El padre Christopher ingresó al seminario de la Archidiócesis de Toledo a la edad de 15 años y se doctoró en teología en Roma. Fue ordenado sacerdote por el papa Juan Pablo II en Valencia (España), el 8 de noviembre de 1982; unos años antes de recibir el sacramento del Orden tuvo la oportunidad de trabajar con la Madre Teresa de Calcuta.

En su reflexión manifestó su deseo de que ojalá nunca nos cansemos de hablar de Jesús, aludiendo a una frase de san Pablo VI. Con ello, insistió en la importancia de aprovechar la etapa formativa para la “auténtica configuración con Cristo”.

Mencionando un pasaje de la primera carta de san Pedro: “no habéis visto a Cristo y lo amáis”, el padre misionero, animó a los seminaristas a buscar hacer crecer en su interior el deseo de amar a Jesucristo con locura y el de darlo a conocer a los demás, ya que la vocación – dijo – es la conciencia de que somos llamados por ser amados.

Por otra parte, destacó la importancia de que nuestro corazón ya no nos pertenezca, que sea totalmente de Cristo, que con su llamada e invitación a seguirle “nos robó el corazón”. Señaló que en cada visita al Santísimo nos dejemos amar por Aquel que nos llama por nuestro nombre y nos dice: “ven y sígueme”. Además, hizo hincapié en la necesidad de que cada seminarista debe reconocer que estamos aquí porque el Señor nos ha mirado, y que es el único que estará a nuestro lado por el resto de nuestra vida; y a modo de motivación, transmitió que hay mucha gente que nos está esperando para que le hablemos sobre quién es Jesús.

Para concluir, en el rato de tertulia que compartió con los seminaristas, mencionó varias anécdotas, en la que sobresalieron el encuentro con la Madre Teresa, y su entrega al servicio de los más pobres, en los diferentes países donde estuvo realizando labor pastoral.

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