Ordenaciones diaconales

Este domingo S.E. D. Mario Iceta, Arzobispo de Burgos, ha conferido el sacramento del Orden, en el grado de diáconos, a los seminaristas Jesús Jaime Meleán y Julio César Morillo, ambos originarios de la Diócesis de Cabimas-Venezuela. Los ahora diáconos recientemente han concluido sus estudios como bachilleres en teología.

Durante la homilía D. Mario reflexionó sobre la respuesta —adsum—que dicen los candidatos al diaconado cuando son presentados ante el obispo. La traducción al castellano de esta formula latina no es simplemente «presente» sino «aquí estoy», lo que equivaldría decirle al Señor: aquí estoy para hacer tu voluntad y ofrecer mi vida por ti.

Para D. Mario «es el Señor quien nos hace dignos con su Gracia. Nuestra fuerza procede del nombre del Señor; hemos de vivir con la esperanza de que siempre vive en medio de nosotros. No solo es glorificado en la resurrección sino también en la pasión».

Profundizando sobre la entrega realizada por quienes se entregan al servicio de Cristo a través del sacerdocio, el obispo señaló que «cuando nos presentamos ante el Señor en la ordenación ofrecemos nuestra vida. El Señor hace su obra con nuestras pobres vidas cuando se la ofrecemos. El sacrificio de Cristo se hace en un nuevo templo, el templo es su cuerpo, es él».

Reflexionando sobre el celibato D. Mario recordó que este «es sinónimo de disponibilidad no de soledad. Somos célibes para estar disponibles para los demás». Por último, meditando sobre la vida de predicación que debemos tener los cristianos, en particular quienes acceden al ministerio sacerdotal, dijo que «solo lo que hayamos hecho vida hay que predicar, no con nuestras fuerzas sino con la fuerza de Dios. La vida cristiana es ante todo recibir el don de Cristo».

Tras la celebración tuvimos un momento de tertulia junto a D. Mario, los nuevos diáconos y algunos familiares que les acompañaron en este importante día.

Comparte esta nota: