D. Ignacio Felpeto, diácono de la Diócesis de Lugo, fue el encargado de dirigir las vísperas el pasado jueves sacerdotal. Durante su predicación reflexionó sobre las dos clases de amores que se encuentran en las personas: el egoísta y el sacrificado. Para D. Ignacio la manera de distinguir entre los dos amores es cuando se “hace el bien a la persona amada y se padece por ella”. Por ejemplo, “Cristo dio muestras de su amor entregándose en la Cruz”. Tras este ofrecimiento voluntario y amoroso de Cristo nosotros “podemos corresponder sacrificándonos con actos que podríamos no hacer por comodidad o pereza”. Los católicos tenemos un gran ejemplo en los santos. […]