El pasado jueves 30 de enero, el diácono Gerald Ongodia presidió el jueves sacerdotal en el Oratorio de nuestro seminario. Recientemente ordenado el 10 de enero en su país de origen, Uganda, Gerald realizó su formación inicial en el Seminario Mártires de Uganda, donde cursó los años de Filosofía. Posteriormente, su Obispo lo envió a España para cursar estudios de Teología en las facultades eclesiásticas de la Universidad de Navarra.

Durante su predicación, el diácono Gerald reflexionó sobre la importancia de las virtudes cristianas inspiradas en la lectura de San Pedro: armonía, compasión, amabilidad y humildad. Subrayó que el sacerdocio no solo consiste en predicar, sino en ser testigos del amor de Dios en la vida diaria.
“Pedro nos recuerda que no debemos devolver mal por mal, sino bendecir a quienes nos ofenden. La respuesta cristiana al sufrimiento y a los conflictos no es la venganza, sino la misericordia”, dijo, citando también a San Francisco de Sales: «Nada es tan fuerte como la suavidad, nada tan suave como la verdadera fuerza».

El diácono destacó la importancia de ser instrumentos de paz y reconciliación, recordando las palabras del Papa Francisco: “Un sacerdote feliz es un sacerdote que sabe reír”. Animó a los que se preparan para ser sacerdotes a vivir la alegría del Evangelio con un corazón humilde y lleno de compasión.

Finalmente, compartió un momento de tertulia con nosotros, donde nos contó detalles sobre la preparación de su ordenación y, también, su experiencia de la cercanía del Señor a lo largo de su formación en el seminario.