En el marco del mes de las misiones ha presidido la celebración del jueves sacerdotal D. Oscar Azcona, delegado episcopal de misiones en la Archidiócesis. Le han acompañado las hermanas Rosa y Ángela, religiosas de la Congregación Esclavas Misioneras de Jesucristo.
En su prédica reflexionó sobre el hecho que «la vocación sacerdotal es un don inmerecido, un regalo que el Señor realiza. El tiempo de seminario es un tiempo de discernimiento para irnos acercando a Dios y descubriendo que esa llamada es cierta y real, y esto lo haremos conforme vayamos creciendo en esa firmeza de fe. Hay que vivir este tiempo como un tiempo de verdadero crecimiento interior, y la única tierra para enraizar esto es Cristo Jesús».
Y, a propósito del DOMUND, aseguró que «hay que recordar que las misiones son algo de todo tiempo y lugar, no se puede ceñir solamente al mes de octubre. El sacerdote del futuro debe ser eminentemente misionero».
El lema que acompaña esta celebración misionera es «Corazones ardientes, pies en camino». Para D. Oscar «los doce apóstoles fueron misioneros, enamorados de Cristo, su Señor, a quien contemplaron vivo y resucitado. Un sacerdote, como prolongador del ministerio apostólico, ha de ser ministro misionero».
Al finalizar la prédica recordó que «vamos a ser enviados por el Señor para proclamar el Evangelio, por eso, pido al Señor que permanezcamos cimentados en la fe e inamovibles en la esperanza del Evangelio, y trabajemos incansablemente por la salvación de las almas».
Para finalizar la jornada compartió con todos un momento de tertulia, donde explicó las actividades que se organizaron desde la delegación de misiones de la Archidiócesis en vistas a la celebración de esta jornada.