La Cuaresma de San José

La Cuaresma es un tiempo fuerte del año litúrgico en el cual se nos invita a la penitencia; el cambio de color, de verde a morado, nos lo hace ver, así como la ausencia de algunos cantos (gloria y aleluya), sin embargo, en medio de toda esta austeridad propuesta por la Iglesia, se levanta la figura de San José, cuya solemnidad permanece siempre dentro de la Cuaresma, y es el único día en que se vuelve a oír el gloria, día en que, incluso se omite toda penitencia, día, al fin y al cabo, de alegría; pero, ¿Cuál es el sentido de esta celebración? Después de todo, ¿Acaso no parece estar mal colocada en el calendario? Pues bien, para comprender esto debemos adentrarnos un poco en la callada vida de este gran santo.

Solo después de la Virgen María, él es quien mejor se ha dejado amar por Dios

Poco se sabe de él, y apenas se le nombra en los Evangelios. Mateo es quien más le hace destacar al referirse a la infancia del Señor, pero con lo poco que sabemos de él, tenemos la certeza que, solo después de la Virgen María, él es quien mejor se ha dejado amar por Dios, y lo ha manifestado en su singular obediencia; San José, hombre justo, criatura como cualquier otro hombre, también estuvo sometido a las tentaciones, en efecto, el repentino embarazo de María, luego, la impotencia de no conseguir otro lugar que una cueva para su amada y su Señor, la sangrienta persecución del insensato rey Herodes, la vida de exilio en Egipto, tanto estos sufrimientos como los que no menciona la Escritura, podían hacer dos cosas: o que su amor a Dios se encendiera más cada vez, o que perdiera, en cualquier momento, la esperanza.

Esta es la Cuaresma de José, sufre mucho sin duda, pero su dolor halla sentido precisamente en aquellos dos por quienes padece: Jesús y María. Su silencio es otra forma de decir que “guardaba todas estas cosas en su corazón”, y ahora surge la pregunta ¿Cómo es posible que San José saliera victorioso de todas esta adversidades? Por la gracia de Dios, claramente, y ¿Cómo colabora José con la Gracia? precisamente contemplando estos misterios; el que se admira de lo que ve, queda callado, por eso José no habla, porque se maravilla al descubrir la gloria de Dios en estos acontecimientos: contempla cómo en el vientre de María habita el Verbo de Dios, que no ha desdeñado hacerse hombre.

Ve «el llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría, lo cual del uno y del otro tan ajeno ser solía»

San Juan de la Cruz

En la pobre cueva de Belén, ve al Dios rico en misericordia; ve al Omnipotente en la carne de un indefenso niño, ve a Dios habitar entre sus pobres, para decirlo con la frase de un santo, ve “el llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría, lo cual del uno y del otro tan ajeno ser solía” (Romances de la Encarnación, San Juan de la Cruz). En todo lo que ha contemplado, San José se asoma al glorioso destino del hombre, a la nueva creación realizada por este Niño.

De esta misma forma, la celebración de esta solemnidad nos introduce en la alegría de los redimidos, este es su sentido, que no perdamos de horizonte los frutos que la Iglesia espera de sus hijos en la Cuaresma, porque no se trata de quedarse con la mirada fija en ayunos y penitencias, sino alzar hacia la Pascua nuestros ojos, saber que, todo lo que nos proponemos en este tiempo, no lo conseguimos por nosotros mismos ni porque podemos, sino que es gracias al Resucitado, en cuyo Cuerpo glorioso permanecen las llagas de la Cruz. Por eso la Iglesia, que es Madre, ha querido recordarnos con este gozoso día, que la Cuaresma no tiene fin en sí misma sino que es un momento de “Conversio a Deo” conversión a Dios para que, llegados los días de Pascua, sepamos contemplar, con la mirada de José, los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

San José, esposo de la Virgen María, padre virginal de Jesús y patriarca de la Iglesia interceda por nosotros.

Sobre el autor

Edilsón Felipe Potosme Montiel es seminarista de la Archidiócesis de Managua (Nicaragua). Entre sus aficiones está escribir poesía y jugar ajedrez. Su libro favorito es «La Ladrona de los Libros». Estudia actualmente 4º de Teología.

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